lunes, 9 de marzo de 2009

Rock and roll stars





En los noventa se autodefinieron como la banda más grande del mundo. Y crítica y público les dio la razón. Pero el tiempo ha cambiado las cosas. ¿Genios o sobrevalorados? ¿Mitos vivientes o una banda de hooligans disfrazados de rockeros? Los mismos que hace diez años estaban rendidos a sus pies se decantarían hoy por la segunda de las opciones.

Soy fan de los hermanos Gallagher, o lo que es lo mismo,Oasis, desde bien pequeño, pero no pude vivir la cima de popularidad de uno de los conjuntos más amados y odiados de la historia de la música.

De lo que si pude ser testigo es de la incesante lluvia de críticas negativas que sufría cada uno de sus nuevos trabajos desde el vibrante “Be here now” de 1997.
No entendía porque la crítica le daba la espalda a discos tan impecables como “Heathen Chemistry” o “Don,t believe the truth”, así que me acerque a su concierto de este doce de febrero como si de una cuenta pendiente se tratara con tantos y tantos buenos momentos de música regalados por los Gallagher.





Eran las nueve y media en punto cuando Oasis aparecían con una puntualidad británica en el escenario de un abarrotado Palacio de los deportes de Madrid.
15.000 gargantas les esperaban para cantar las canciones de su último trabajo, el excelente “Dig out your soul” que les vuelve a situar en el estatus de calidad que habían alcanzado con sus dos primeros trabajos, los ya convertidos en clásicos, “Definitely Maybe” y “(What,s the story) Morning glory?)”.

La expectativa antes del concierto era máxima para sus seguidores; fans que llevan más de una década siguiendo y defendiendo a una banda que ha sufrido fuertes críticas, más por su actitud que por su música. Aún así sus discos siguen llegando sin problema alguno al número uno de Inglaterra, vendiendo millones alrededor del mundo y sus conciertos van unidos a la frase “Entradas agotadas”.

Chicos vestidos como sus ídolos, cantantes urbanos entonando las canciones más conocidas de la banda, chicas ansiosas por entrar y ver de cerca de los Gallagher…en definitiva, más de 10.000 personas agolpadas a la entrada de un Palacio de Deportes que, como no, se quedó pequeño para el entusiasmo que despiertan Oasis en su público.

Y vaya si lo fue; durante dos horas los de Manchester repasaron una discografía repleta de himnos.
En la capital sonaron clásicos de la talla de “Slide away”, “Rock and roll Star” o “The masterplan”.
Mención aparte merecen una brillante y coreada “Wonderwall”, la excelente revisión del “I am the walrus” de los idolatrados Beatles, una impresionante “Champagne Supernova” y, como no, el punto álgido de la noche, que llego de la mano de la mítica “Don,t look back in anger”, interpretada en esta ocasión en formato acústico y en el que la comunión entre banda y público llegó a su máximo esplendor.
Si a esto le sumamos la sensación de que canciones de su nuevo trabajo como “Waiting for the rapture” o “I,m outta time” no desentonan en absoluto al lado de sus temas más emblemáticos, entonces tenemos como resultado un concierto inolvidable.





Gem Archer es un guitarrista notable que no deja de sonreir durante todo el concierto y que, además, regala una joya psicodélica para el repertorio de la talla de “To be where there,s life”.
Andy Bell tiene un nivel de concentración, o desgana, tan grande que no mueve un solo músculo de su cuerpo en todo el concierto.
Liam Gallagher no ha dejado de ser ese chuleta inglés con capacidad suficiente para capturar toda tu atención simplemente con su presencia y Noel Gallagher sigue siendo ese genio que lleva más de diez años escribiendo alguna de las mejores canciones que nos hayan llegado desde Inglaterra. Pero lo importante no es la actitud, sino las canciones, y es ahí donde Oasis se asegura la victoria.

Durante dos horas Madrid vibró con rock and roll del bueno, se emocionó con baladas eternas y, en definitiva, se rindió a los pies de una de las bandas más importantes de la historia del rock. ¿Genios o sobrevalorados? No me importa, siguen siendo emocionantes y, después de todo, ¿no es eso de lo que trata esto tan maravilloso llamado música?

No hay comentarios: