Si la pasada semana hablamos de la exposición ‘Las niñas de mis ojos’, de Charo Martínez, en ésta recoge el testigo una muestra que también tiene como sede al Centro Cultural Infanta Elena, de Alcantarilla. Y, si en la anterior ocasión, tuvimos que batallar con los ‘frikis’ del Warhammer para poder hacer nuestro trabajo, esta vez la suerte iba a ser parecida. A los juguetitos de guerra les sucedieron los instrumentos musicales, y es que nos dimos de bruces con una clase de música, lo que no nos dejó más remedio que intentar concentrarnos en la pintura, previo daño auditivo irreparable, a causa del maltrato a los instrumentos que los alumnos ejercían.
Esta nueva exposición tiene por nombre ‘Arte y Espiritualidad’, y se trata de una selección de la obra póstuma de la artista anglosajona Susan Bentley, que permanecerá expuesta hasta el 9 de diciembre. En ella encontramos los rasgos que más pueden caracterizar el estilo de Bentley, e incluso -profundizando un poco más- su forma de pensar, de sentir. Su pintura es, en términos sentimentales, una metáfora de la naturaleza. Precisamente ésta última juega el papel principal en sus creaciones, resultado de su amor a la belleza y maravilla del mundo que ha podido ver.
Las obras que componen la exposición no siguen una dimensión concreta. Hay acuarelas de gran tamaño, como “Buscando Guijarros” pero también algunas realizadas sobre papel común, como el caso de “Figura Orante”. Incluso se muestran tapices, que combinan pintura y bordado, otro ejemplo de la creatividad de la autora.
En definitiva, la exposición no pretende mostrar exhaustivamente un tema o una técnica de Susan, sino una selección de todos sus temas y formas de crear, suficiente como para hacernos partícipes de ellas. Interesante, muy interesante muestra, cuyo título ejemplifica a la perfección aquello que el espectador percibe: arte y espíritu, todo en uno.
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